SUEÑOS
- Juan Gilabert
- 30 abr 2020
- 6 Min. de lectura
A veces los sueños conllevan viajar, invertir una cantidad de dinero que nos ha llevado unos años ahorrar. A veces alcanzar nuestros sueños no dependen al cien por cien de nosotros, sino que hay otros factores que influyen en el cumplimiento o no de los mismos.Pero, ¿son estas razones por las cuales abandonarlos?
Todos tenemos sueños, eso que siempre hemos querido hacer pero nunca lo hemos llevado a cabo, ya sea por miedo, por holgazanería, porque nos han dicho que solo se tratan de fantasías que nos creamos en nuestras cabezas...
Desde hace unos años mi sueño ha sido ir a Londres a seguir con mi formación en teatro musical, pero para ello era consciente que necesitaba una suma de dinero de la cual no disponía en ese momento. Entonces decidí ponerme a trabajar.
Al principio empecé a trabajar en temporadas altas en un bar. Recoger mesas, lavar los platos, vasos y cubiertos, mantener limpia la barra... No parecía un trabajo difícil, pero trabajar en un bar es duro. Atender a todo el mundo y que el cliente quede contento, que la comanda llegue bien, estar recogiendo una mesa mientras te llaman desde el otro lado del bar para que les atiendas la comanda, los cambios de horarios en tu comida (si es que, después de haber estado trabajando durante X horas con olor a comida por todas partes, te apetece comer algo o simplemente te apetece ducharte para quitarte el olor y echarte a dormir)...
Pero siempre terminaba el día pensando <<dentro de nada estarás en Londres estudiando teatro musical>>.

Espectáculo de Navidad, 2019-2020
Otro de mis trabajos, el cual compaginaba con el bar cuando se daban ambos al mismo tiempo, ha sido sacar perros, un trabajo que la gente siempre me decía <<pensaba que eso solo se hacía en EE.UU>>
Pues no, yo los sacaba y aveces, cuando su dueña se iba por trabajo, me quedaba cuidándolos mientras ella estaba fuera. Era un trabajo que no me quitaba mucho tiempo y me permitía estudiar mientras los paseaba o mientras los cuidaba. Por lo que era el trabajo perfecto. Aunque obviamente no ganaba mucho dinero, pero si para el trabajo que era y me permitía tener unos ahorros extras.
Mientras iba trabajando y estudiando teatro, danza y canto en mi ciudad, iba presentándome a castings que encontraba, grabé un corto para un trabajo de unos alumnos de la escuela de comunicación audiovisual y entré en una compañía de teatro musical amateur en la cual llevo ya un par de años.
Un día, mientras me dirigía a un ensayo de la compañía, recibí un mensaje sobre un casting para un espectáculo de Navidad con una compañía circense. Pensé no presentarme porque yo no tenia experiencia en el mundo del circo, pero era un casting y no perdía nada por presentarme, pensé.
Fue sin duda el mejor casting al que he audicionado por cómo se llevó a cabo. El ambiente que se creó entre todos los que nos presentamos, los ejercicios de interpretación grupales que nos hicieron llevar a cabo y la pequeña pieza de coreografía que nos hicieron aprender.
A las semanas recibí una llamada y me ofrecieron el trabajo. Mi primer trabajo profesional trabajando en aquello que llevaba tanto tiempo formándome, algo que no pensaba que fuese a suceder tan pronto.
A día de hoy tengo la suerte de llevar tres años trabajando con la compañía cada Navidad por diferentes ciudades de España, con diferentes espectáculos y conociendo gente maravillosa, todas ellas de las cuales he podido aprender tantísimo. Este trabajo no me ha proporcionado tan solo unos buenos ahorros sino que, me ha hecho crecer como persona y como artista, ya que me ha hecho conocer muchísima gente de sitios diferentes del mundo, convivir con ellos y me ha proporcionado tantos conocimientos sobre el mundo del espectáculo.

Animador, 2018
El primer año trabajando con la compañía conocí a una chica de Madrid que se convirtió en parte de mi familia,. Ella trabajaba en verano como animadora y me dijo que, por mi personalidad y forma de tratar a las personas tenía el perfil perfecto para trabajar como animador. No me pareció mala idea y decidí echar el CV.
Semanas más tarde recibí una llamada para concretar un día para hacer una entrevista, después de la cual me ofrecieron el puesto de trabajo,
El primer año estuve trabajando como animador y hacíamos espectáculos musicales un par de noches en semana. Mi amiga era la coreógrafa ese año por lo que, cada vez que teníamos un rato libre nos poníamos juntos a trabajar las coreografías, canciones y mirar el vestuario.
Quedaron muy contentos conmigo ese primer año, por lo que me ofrecieron el trabajo de coreógrafo el siguiente año y mi amiga también consiguió un ascenso.
El segundo año tuve muchísimo trabajo y, tanto yo como mis compañeros, trabajamos mucho, muchísimas horas, nos frustrábamos por el poco tiempo que teníamos para aprendernos todo y porque, al dedicarse de un trabajo relacionado con mis estudios, yo quería que todo saliese perfecto.
Este segundo año, además, tuve la suerte de trabajar en la grabación de un spot publicitario.
Después de este verano empecé a tomar más clases, a centrarme al cien por cien en mi formación. O al menos eso creía que hacía porque fue después de Navidad. a la vuelta de trabajar en Madrid, cuando realmente mi vida giraba en torno a las audiciones.
Tenía tan solo dos días para mandar las solicitudes para poder audiciones, todos los documentos a rellenar en inglés, documentos que parecían no terminar de pedirme información sobre mis estudios, el por qué quería presentarme a esa escuela y por qué pensaba que era el indicado para ello,... Dos días en los cuales no salí de casa y pasaba desde la mañana hasta por la noche frente al ordenador.
Una vez terminado de rellenar todo empecé a organizarme las semanas. Horas todas llenas de clases de danza en varios estilos: clásico, jazz y contemporáneo; clases de interpretación, tanto grupales como individuales para preparar más a fondo el material de las audiciones; y clases de canto individuales.
Cuando me llegaron los correos con las fechas de las audiciones empecé a seleccionar el material que iba a preparar. Pasé horas analizando las canciones, los monólogos, aprendiéndomelos, trabajando los personajes, leyéndome las obras y viendo los musicales de los cuales había escogido las canciones. Cada momento del día, cada paseo de una clase a la otra era una buena excusa para repasar el texto, escuchar la melodía e ir cantándola mentalmente. Mi cabeza trabajaba de 8:00 hasta que me acostaba. El día que más temprano llegaba a casa de clases eran las 22:00 y el día que más tarde a media noche, por lo que me acostaba sobre las 2:00 y a las 8:00 me despertaba para seguir con las clases y entrenamiento..
Fue un mes sin parar y, entonces, llegó el día de sacar el billete para Londres, buscar la casa en la cual me quedaría durante los dos meses en los que tenía las audiciones y preparar las maletas.

Grabación de spot publicitario, 2019
No ha sido un camino fácil. Ha conllevado muchísimas horas de trabajos, muchísimas despedidas por ir a trabajar fuera de mi ciudad durante meses, no poder asistir a eventos familiares y con amigos. Días de frustraciones, de querer o, mejor dicho, necesitar parar porque sentía que en cualquier momento iba a caerme del propio cansancio. Hubo algún día que llegué a marearme. Ha sido un camino en el cual he invertido mucho dinero en formación para estar lo más preparado posible.
Al leer esto estaréis pensando, <<¿y merecía la pena todo este trabajo, todas estas horas, todo este sacrificio?
La respuesta es sencilla: tardé en darme cuenta qué era lo que realmente quería. O eso creía. Lo cierto es que si lo sabía y no, no era simplemente que lo retrasase por el dinero. Lo había estado retrasando porque no creía estar preparado para presentarme a este tipo de audiciones en un país donde el nivel es tan alto, donde se empiezan a formar desde tan pequeños y la cultura en musicales es tan rica. Pensaba que necesitaba más formación en canto, danza e interpretación. Solo que esta vez decidí, en vez de no hacer nada porque conseguirlo sería <<imposible>>, ponerme las pilas, hacer todo lo que estuviese en mis manos por mejorar y avanzar en mi formación todo lo posible. '
Todo el camino que he recorrido hasta llegar aquí, donde estoy ahora mismo, ha sido sin duda un camino de buenísimas decisiones que he ido tomando. No se si me aceptarán o no este año en alguna de las escuelas, pero he aprendido tantísimo durante este proceso, he descubierto lo que puedo llegar a hacer cuando me lo propongo. He aprendido que los límites están únicamente en nuestras cabezas y somos nosotros mismos los que nos ponemos esos límites. Me he encontrado con mi voz cantada, esa a la cual tanto temía y la cual creía no tener.
Creo que cuando se trata de nuestros sueños, de algo que realmente queremos, todo esfuerzo necesario merece la pena. Al cien por cien. Y tú. ¿estás dispuesto a renunciar a tus sueños?

Con 11 años en el papel de Zorro en <<El principito Superstar>>, 2006
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