MITOS
- Juan Gilabert
- 9 jul 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 28 ene 2021
Una vez leí el mito de las sirenas,
seres marinos cuya voz atraían a los marineros hasta su muerte.
Entonces, tu voz llegó hasta mis oídos.
No me llevó hasta mi muerte.
Pero algo en tu voz hacía que todo cuanto me rodeaba desapareciese.
Una vez leí el mito de Medusa,
capaz de convertir en piedra a todo aquel que la mirase a los ojos.
Entonces, mis ojos se encontraron con los tuyos.
No me convertí en piedra.
Pero algo en ellos me atraían como un imán, impidiéndome mirar a otra cosa que no fuesen ellos.
Un vez leí el mito de las musas,
divinidades femeninas que descendían a la tierra para susurrar a los mortales y otorgarles inspiración.
Entonces algo de ti me llegó como un susurro.
No era tu voz.
Pero desde entonces te convertiste en mi mayor fuente de inspiración.
Una vez leí todos estos mitos,
Pero ya no los necesito, porque te tengo a ti.

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