top of page

EL MUNDO DE LOS LIBROS

Hoy es un día perfecto para escribir.


Cuando era pequeño recuerdo que mi madre siempre llevaba un libro en el bolso, <<hacen las esperas más amenas>> me decía riendo siempre que le preguntaba el porqué. Pero había algo más en ellos que hacía que siempre tuviese un libro en las manos, tanto si tenía que esperar a alguien o algo como si no.

No pasó mucho tiempo hasta que pude descubrir qué era.


En el colegio siempre nos mandaban un libro para que leyésemos y, mientras que la mayoría de niños y niñas no querían leérselos, yo no tardaba mucho en terminármelos. Había veces que los leía tan rápido que le preguntaba a mi profesora si podía prestarme otro. Teníamos unos pequeños armarios en cada clase con libros, los cuales tenían unas etiquetas en los costados para identificarlos. Mi profesora me decía que fuese, escogiese un libro y se lo llevase. Una vez lo hacía, apuntaba en un papel lo que tenía escrito el libro en el costado y me lo devolvía.

Al terminar la clase salía corriendo del colegio y le decía a mi madre que teníamos que ir rápido a casa que tenía un montón de deberes, tan feliz como ese niño al que le acaban de regalar un caramelo. Comía corriendo, hacía los deberes y cuando los terminaba cogía el libro que me había prestado la profesora ese día y comenzaba a leerlo.

Al poco tiempo abrieron una biblioteca en mi colegio, Una sala doble enorme toda llena de estanterías repletas de libros. Mi profesor de música, el cual sabía que me encantaba leer porque me había visto en varias ocasiones con un libro en la mano por los pasillos y en sus clases, me dijo que tenía que hacerme el carnet de biblioteca y así podría sacar tantos libros como quisiera.

Ese mismo día pasé la media hora del recreo en la biblioteca haciéndome el carnet y pasando estantería por estantería leyendo cada título.


ree

(leyendo con mi tía un libro que me regalaron por reyes)


Muchas tardes, mientras mi mare estaba en el sofá leyendo, me sentaba a su lado con mi libro y me ponía a leer también. Cuando ya tenía que ir a ducharme, mi madre me preguntaba qué había estado leyendo y yo le hacía un resumen, bastante detallado, de todo lo que había estado leyendo esa tarde.

Al principio lo hacía para ver si tenía buena comprensión lectora, pero después de un tiempo lo hacía porque le encantaba ver con qué entusiasmo le contaba las historias.


Cuando llegaba el día de reyes, mi cumpleaños o simplemente alguien quería hacerme un regalo, siempre había algún libro entre los regalos. No me malinterpretéis, como a cualquier niño también me gustaba la playstation, gameboy u otro tipo de juguete del estilo. Pero los libros eran diferentes. Para mi eran regalos más personales. Creo que regalar un libro no se trata de escoger un libro al azar, sino conocer a esa persona y pararte a pensar cuál podría ser el libro perfecto. Al igual que no compras una camiseta de la talla M a alguien que tiene una L, o no compras una flor a alguien que es alérgico a las flores.

No por gustarte la lectura te tienen que gustar todos los libros. A mi, personalmente no me gustan todos los libros, aunque siempre suelo dar una oportunidad a todo libro que cae en mis manos. Por eso me parece tan personal que te regalen un libro, porque significa que esa persona ha pasado un tiempo pensando cuál es el libro perfecto para regalarte y, a mi personalmente, porque saben que es uno de mis regalos favoritos.


ree

(leyendo en un viaje de 12 horas camino a una función)


Leer siempre ha sido algo que me ha encantado. Introducirte en la vida de los personajes de los cuales ves todo lo que les sucede como si tú fuses invisible. Sin que ellos sepan que estás ahí les vas acompañando durante toda la historia, los ves llorar en sus habitaciones o en el banco de algún parque porque la persona de la que están enamorados les ha roto el corazón; escuchas sus pensamientos mientras planean cómo llevar a cabo un plan de escape de la cárcel ya que han sido acusados por un asesinato que no han cometido; hueles ese café recién hecho que les despierta por la mañana mientras su marido o mujer les está preparando el desayuno para celebrar su aniversario...

Los libros hacen que te enamores u odies a los personajes no porque el actor o actriz que los interpreta te gusten más o menos, porque sean más o menos guapos. Hacen que te enamores de ellos por cómo van creciendo a medida que va narrándose la historia, por el camino que recorren, las cosas que hacen y las cosas que no hacen por miedo o por amor. Los libros te dan la oportunidad de crear tú, mentalmente, la apariencia de los personajes aunque se te den unos rasgos, unas características, el resultado final está únicamente en tu mente. Si cada uno dibujásemos al mismo personaje de la historia tendríamos varias versiones del mismo personaje porque cada uno lo hamos imaginado de una forma diferente.


Algunos de mis personajes de ficción favoritos creo que tienen mucho que ver en me guste tanto la lectura. Matilda, Hermione Granger, Bella de la Bella y la Bestia, Bastian de la Historia interminable... Todos personajes a los que les apasiona la lectura.


Pero lo cierto es que mi pasión por la lectura viene por esos momentos compartidos con mi madre, sentados el uno al lado del otro, cada uno con nuestro libro y compartiendo, al final de la jornada, lo que habíamos leído ese día.

Algunas cosas se heredan y, como siempre le digo, la lectura ha sido una de las mejores herencias que me ha dado mi madre.


¡Feliz día del libro!


ree







Comments


  • instagram
  • twitter

©2020 por SEMPITERNO. Creada con Wix.com

bottom of page